Para garantizar la continuidad de la cooperación en los campamentos saharauis
Las organizaciones que trabajamos en Cooperación y Ayuda humanitaria con los saharauis en los campamentos de refugiados, y ante la precipitada evacuación y repatriación a sus lugares de origen, por decisión del Gobierno español alegando " razones de seguridad en la zona", de nuestros compañeros que estaban trabajando sobre el terreno, queremos dar a conocer a la opinión pública las siguientes consideraciones:
Recalcar nuestra preocupación permanente, por la seguridad de los y las cooperantes en misión en los campamentos, que con su loable y valiente trabajo alivian la vida diaria de miles de refugiados saharauis. Habiéndose tomado todas las medidas de seguridad necesarias para poder garantizar su trabajo humanitario. Para nadie es un secreto el riesgo que corren a diario muchos profesionales, ya sean periodistas o cooperantes, que trabajan desafiando el peligro que significa para sus vidas el salvar otras vidas humanas en zonas de conflicto o campamentos de refugiados de todo el mundo.
La inseguridad que pueda existir en estas regiones del mundo, por muy real que sea, no puede ser justificante para ceder al chantaje y dejar abandonadas a su suerte a decenas de miles de refugiados que sus vidas dependen totalmente de la presencia y el sacrificado trabajo de los cooperantes y gente solidaria con y para ellos.
Afirmamos rotundamente que a raíz del secuestro de nuestros compañeros, Ainoha, Enric y Rosella, hoy felizmente liberados, el Frente Polisario, en coordinación con la Minurso, los distintos Gobiernos directamente afectados, y por supuesto con el Gobierno español, se han fortalecido las condiciones de seguridad en su trabajo, firmándose un protocolo que contempla estas nuevas medidas adoptadas, minimizando los posibles riesgos de estas especiales circunstancias que persiguen perjudicar las estrechas relaciones de cooperación que existen entre los distintos pueblos del Estado español y el Pueblo Saharaui.
Nuestro objetivo es ayudar a los refugiados saharauis, y cualquier retirada de los cooperantes, no justificada, tendría repercusiones muy negativas sobre su situación ya que subsisten gracias a la ayuda y cooperación internacional, asfixiándolos, aislándolos y sometiéndolos a un cerco de hambre.
Reiteramos nuestra confianza absoluta en las medidas y medios, que las autoridades de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), han adoptado para la protección y seguridad de cooperantes, familias y representantes de todo tipo de grupos e instituciones que durante más de 35 años visitan regularmente los campamentos de la población refugiada saharaui.
Debemos buscar nuevas formulas, entre las distintas ONGs, Asociaciones, Ayuntamientos, Universidades, etc, para evitar la provocación de una una situación de aislamiento, que acentúe las condiciones ya de por si difíciles que se viven en los campamentos de refugiados, y encontrar alternativas para mantener y garantizar una asistencia adecuada y normal.
Lo sucedido no hace sino reiterar la necesidad de una acción política y diplomática más decidida para poner fin a la situación de injusticia que padece el Pueblo Saharaui desde hace más de 35 años, que le obliga al exilio y a recurrir a la ayuda internacional para garantizar su supervivencia. Esta solución pasa inexorablemente por el fin de la ocupación de su país por Marruecos y por el libre ejercicio del derecho de autodeterminación.
Mientras la Comunidad Internacional no ejerza las responsabilidades que le corresponden para alcanzar una solución justa y duradera al conflicto del Sáhara Occidental, las organizaciones de solidaridad y cooperación que trabajamos en el Sáhara Occidental mantendremos nuestro esfuerzo y nuestra presencia tanto en los campamentos de población refugiada como en los territorios ocupados siempre que la población saharaui y sus autoridades legítimas así nos lo soliciten.
Por último, en estos duros momentos para todas y todos nosotros, no olvidamos a las dos cooperantes de Médicos Sin Fronteras secuestradas igualmente en Somalia, a cuyas familias y allegados trasladamos nuestra profunda y sincera solidaridad.
Madrid, 28 de julio de 2012
CEAS
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